martes, 30 de agosto de 2011

Solamente hay tres palabras que nos definen: Locos, locos everywhere.

Esa noche nos quedamos hablando todas las de la habitación hasta tarde.
Al día siguiente, después de desayunar nos tocaba dos horas de inglés o de fútbol. Al llegar a la sala principal, como era normal éramos todas chicas menos dos o tres niños de unos doce año o así. Nos tocó hacer tiro con arco. Vale, es un echo, no valgo para tirar flechas como la mitad de los que estábamos allí, pero por lo menos de las once flechas cinco me entraron y una en el círculo amarillo.
Por la tarde, en el tiempo de piscina del primer día en la pisci se decidieron (por llamarlo de alguna manera) los amigos del campamento, lo digo básicamente porque nos fuimos dividiendo por grupos:
Estábamos todas las de mi habitación haciendo un círculo con las toallas, cada una a su rollo sí, pero todas juntas, y en lo que yo hablaba con Ana unos chicos nos empezaron a picar, al final se unieron a nosotros, los chicos eran los de la habitación dieciséis, vamos, que estábamos las habitaciones extremas: la uno y la dieciséis. Y sí, en teoría también es la habitación de Juan, solo que hoy se ha pasado toda la tarde con dos amigos (uno era su compañero de bus) en el agua.
Por la noche nos hicieron un juego extraño que no sabría como definir.
Pero a la hora de acostarnos, a eso de la una y media de la mañana en mi habitación hubo tema de conversación:
-Ey Ana, yo sé que a ti te gusta uno de la habitación, ¿quién es?
-Nadie.
-Venga.
-Es verdad, yo vi que mirabas hacía su grupo antes de que vinieran muy fijamente.-Metí cizaña yo también.
-No, no.
-Sí, te pasaste la tarde mirando hacía su sitio.
-En eso pueden tener razón porque mientras hablaba contigo mirabas mucho detrás de mi y por allí es donde estaban estos sentados, hasta que se vinieron todos menos Juan y los amigos... ¡Oh Dios mío!-En ese momento lo comprendí todo: La gustaba uno de los tres y casi de fijo que es Juan.-Te gusta uno de los tres chicos que había allí.
-¡Pero si no les conozco! Bueno, solamente a uno pero eso no significa...
-Te gusta ese chico.
En ese momento me dio un vuelco al corazón y lo que me parecía una tontería se acababa de convertir en una gran conversación.
-¿Cómo se llama ese chico?
-Juan.
-¿Alguien más de aquí le conoce?
Silencio sepulcral.
-¡Verónica!-Me ruboricé cuando todas me miraron, eso no es muy normal en mí.
-¿Le conoces? ¡A ti también te gusta!
-No, yo tengo novio.
Y a partir de ese momento la conversación se tornó en el tema de Álvaro: todo sobre él.
Ana me dirigió una mirada únicamente a mí que decía una claro: Gracias, te debo una.

Tercer día:
Ese día por la tarde en la piscina los chicos decidieron pasar al ataque.
Mientras cogían a tres chicas de mi habitación (incluida Ana) yo me quedé mirando como las amenazaban con echarlas al agua. Mi ventaja era que yo tenía ropa, aun estaba con la regla y no soy muy amiga de los tampones, el caso es que me vino un chico monísimo, alto, moreno, ojos claros verdes , pelo castaño tirando a rubio, increíble.
-¡Ey!
-Hola.
-Te voy ha hacer un favor, ven, vamos a divertirnos. ¿Cómo te llamas?
-Verónica, Vero, ¿y tú?
-Alberto, pero eso ahora da igual porque te estás aburriendo.
Me miró de arriba a abajo.
-Sube las manos arriba.
-¿Para qué?
-Tu hazlo.
Lo hice y... ¡me quitó la camiseta!
-¿Pero que haces? ¿Y si no hubiera llevado el bikini?
-Por eso te he mirado.
-Uhh, que bikini más sexi, el fucsia te queda de maravilla.
Ese era Juan, le eché una mirada que decía claramente: "Y tú para que te metes borde."
De repente, todos se callaron.
-Vero, ese pantalón es de agua, ¿no?
-Sí, ¿por qué?
-Chicos, una, dos y tres. ¡Al agua!

Y fuimos, las tres chicas y yo al agua.
Lo primero que sentí fue un abrazo de Juan, lo siguiente un salto, y luego el agua.
Claramente esto no iba a quedar así, así que...a hacer aguadillas se ha dicho.

-Juan.
-Dime.
-¡Morirás entre terrible sufrimiento!
Cuándo salimos ya eran las seis menos cuarto, me compré un regaliz y nos fuimos a merendar.
Esa tarde teñimos camisetas, las del campamento, y yo tuneé la mía, la corté las mangas y la amplié un poco el cuello.
Por la noche decidimos intentar gastar una broma a los chicos que dio resultado, puesto que esta noche los monitores les mandaron correr al rededor del albergue y después de una hora corriendo cayeron rendidos en la cama; así que a las tres de la mañana, entramos en su cuarto, después de atravesar todo el pasillo, y vimos a uno de pies en frente de la puerta con los ojos cerrados: era sonámbulo. Yo solté un grito que fue amortiguado por mi mano.

Cuarto día:
A las ocho y media de la mañana nos levantan como siempre con la música a tope.
De repente oímos fritos y risas que proceden de una habitación. Bajamos a desayunar.
Los monitores ven mi camiseta y las de mis amigas y nos miraron con una mirada que claramente decía: "NO teníais que cortarlas."
Vemos a los chicos con la cara y los brazos rojos, se acerca un solo chico a nosotros:
-Solo os digo de parte de toda la habitación que hoy de multiaventura toca piraguas.

1 comentario:

  1. OHDIOSMIO!!!!Solo puedo decir que es simplemente genial, que feurte, me ha encantado el cap, mola mucho el campamente y los chicos....son majos no? ajaja y que fuerte que a ana le guste juan, porque a veronica aunque tenga novio tambien le hace tilin y es muy fuerte la verdad.__. jajaaj me encantaa:)
    Besoos♥

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