sábado, 13 de agosto de 2011

Hay veces que toda la clase está halando y por alguna razón todos se callan, en el bus pasó algo parecido, solo que el mundo se detuvo y en un segundo nadie habló.

-¡Ahhhhhhhhhhhhh!-Juro que ese fue el mayor grito que di en toda mi vida.
-¡Venga hombre! Os oí correr, y luego volver por donde habíais venido y otra vez al lado de mi habitación corriendo y salí, y he oído la historia y no he podido desaprovechar el momento, ¡me lo habíais puesto a huevo!
-Agradable.-Dije con voz seria y monótona.
Ese fue el último día que estuvimos, allí en la montaña fuimos tres días, cuando yo en teoría estaba en el pueblo de Estrella de fiestas, ella tiene una hermana mayor y con su ayuda hemos conseguido que mis padres se lo creyeran, y Álvaro igual, de fiestas en el pueblo de su mejor amigo; el caso es que ese último día subimos hasta la Mujer Muerta (que es una montaña).
La leyenda cuenta que una mujer enamoró a dos hombres, uno de ellos celoso del otro le propuso una guerra. En esta batalla la dama quiso evitar que falleciera ninguno de los dos y con ese motivo la joven falleció. Esa noche se desencadenó una tormenta con la cuál se moldeó la parte de arriba de la montaña creando la silueta de una mujer boca arriba.
Un día oí a una chica de unos veinticinco años llamarla no Mujer Muerta, sino la Bella Durmiente; a mi me encantó y desde ese día quise subir allá arriba.
Era uno de mis propósitos por eso.


Tres días después estaba con mis amigas discutiendo sobre por qué tenía que ir a un campamento.
A mis amigas ya les había contado todo lo de mi "puente" con Álvaro en la montaña, excluyendo el echo de que me embobé con Juan.
-¡Seguro que fue genial! Tres días con tu novio en la montaña... Guau. No digo más.-Palabras de estrella.
-Y así por casualidad y curiosidad..., no conociste a nadie agradable del que nos tengas que hablar o presentar, ¿no? Yo solamente lo dejo caer.
-Am...-Y les conté lo de Juan, pero disminuí mi embobamiento con él.
Al siguiente día por la tarde estábamos mis padres, mis amigas, Álvaro y yo esperando el bus, me iba a subir, después de despedirme de todos (me alejé para "saludar a alguien") y despedirme de Álvaro. Y me dijo:
-Te llamaré y espero que no se enamore nadie de ti porque algún día puede tener un mal encontronazo.-Sí, lo dijo con ese tono que tanto me saca de quicio pero a la vez me encanta.
Ya subida en el autobús me senté con la que iba a ser mi primera amiga del campamento durante estas dos semanas, era castaña con los ojos verdes y un poco marrones (como muchísima gente al contrario que yo que les tengo marrones), se llama Ana y me ha caído bien y creo que yo a ella también.
-¡Juan! ¡No me mandes cosas al móvil por bluetooth!

Juan. Juan. Juan. No, sería otro Juan.
Se giró, la vio, la sonrió. Me vio, le vi. Nos quedamos pasmados, noté que me subían los colores porque nos habíamos quedado como estatuas sin saber reaccionar y vi que a él le pasaba lo mismo. Hice un movimiento de cabeza a modo de saludo y me le devolvió. Luego se giró y volvió después de un minuto o así a hablar con su acompañante.
Sí, era Juan.

2 comentarios:

  1. OHDIOSMIO! Que fuerte!Sabia que pasaria algo asi, lo sabia, un encontronazo, lo sabia :DD Me encanto el cap, sube prontoo!
    BEsoos♥

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  2. Linda entrada, amor tu blog, me encanta como escribis :3. Te sigo, me seguis? Y si queres deja un comentario como hice yo :). Besitos♥

    http://barbaraguzmywold.blogspot.com

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