-¡Oh Dios mío de mi vida! ¡Ya ha llegado!
-¿Qué pasa Verónica? ¿Qué ha llegado?
-Pues ha llegado..., espera- dije haciendo una pausa-, como todos los años en estas fechas..., está... ¡El mercado Barroco! ¡El XI mercado Barroco! Adoro ese sitio desde que era una enana de..., puf, ni idea, desde que era una enana.
Todas y cada una de mis amigas sentadas en un banco, de derecha a izquierda: Tatiana, Estrella, Alex y Nicole me miraron con una cara que decía claramente: "Sí, definitivo, su problema es ya preocupante". Pero luego se echaron a reír.
-Yo iría, pero no me gusta el mercado Barroco.- Nicole sincera-, además es la comunión de un primo mío este fin de semana.
-Yo iría, pero ya sabes mis planes para el fin de semana: estudiar, seguir estudiando y dormir.- Es verdad, eso sí que me o dijo Estrella antes.
-Yo iría, pero me voy al pueblo como siempre.- Mucho fines de semana Alex se iba al pueblo.
-Yo iría, pero están mis primos y hermanos en casa durmiendo juntos, me encanta el mercado Barroco, incluso se lo dije a mi madre, pero no va a poder ser.
-¿De ninguna manera Tatiana?
-De ninguna manera.
-Siempre te queda Álvaro.
-Sí, pero no sé como reaccionará. Cuando le llevé de compras me dijo que no iba a hacer de perfecto novio sujetando mi montón de bolsas, y cuando le llevé al jardín botánico al principio se negó, eso de ir allí no le gustaba nada, se negaba a ir a ver plantas, pero luego, después de una gran tarde con rosas, y jardines y flores y sus pétalos y besos y abrazos, y más besos y abrazos...
-Corta, ve al grano.- Alex rompiendo el hielo.
-Vale, lo que quiero decir es que no sé que dirá y como no vaya quedará en vuestra conciencia y os arrepentiréis.
Se miraron y dijeron al unísono:
-¡Podremos sobrevivir con ello!- Y se echaron a reír.
-No.
-¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor!
-Pero, ¿qué es eso? ¿Qué tiene el mercado Barroco para que te guste tanto?
-Pues haber, a mi me gusta desde pequeña, porque ya vine aquí y me compré un collar, pero me gusta por no sé, lo del Barroco, me gusta.
-Vale, está bien.
-¡Genial!-le besé-, te debo una.
Estuvimos allí, había gente vestida de época, me compré un collar con lo que se dice la cadena de cuero marrón y una flor en el medio, y me regaló una pulsera con su inicial y la mía: A y V.
Álvaro y Verónica.
Me encantó, hacía como dos años que no iba, y también saludé a los de un puesto que se llama: "El Abuelo Cestero" donde el señor mayor ("El Abuelo") hace cestas de mimbre y su hija hace pilo grabado, y se van por las ferias de los pueblo, y como eso si que estaba en el Barroco (creo) han podido, el pilo grabado consiste en hacer como..., digamos que como un tatuaje en el fondo de la cesta.
Luego fuimos a un bar y allí me dio la pulsera, me encantó por todo, y la verdad, tuvo su punto romántico.
ohhhhhdiosmioooo! me encantaaaa!quue bonitooo^^
ResponderEliminarcomo siempre genial, y me encantan tus nuevos cambiooos!!!
besoos:)